Gabriel Omar Batistuta fue protagonista de las dos últimas Copas América que Argentina levantó. En la del 91 salió goleador con seis tantos. En la del 93 metió tres. No salió como máximo artillero–lo fue Palinha con cuatro– pero dos de sus tres goles los metió en la final frente a México para voltear el 1-0 en contra. Acá sus trece goles en Copa América.
En Francia 98, el Bati metió su último triplete en los mundiales frente a Jamaica, el rival de Argentina hoy. Aprovecho la coyuntura para desempolvar una columna que iba sobre su capacidad de definición. En estas semanas, además, se ha dicho una cantidad de barbaridades sobre el terrible dolor de cartílagos que aqueja al goleador y la posibilidad de que le amputen las piernas, que el goleador histórico de la albiceleste ha desmentido.
«Tuve una historia complicada con los tobillos. Empecé a mejorar y estoy mejor de lo que estuve hace tres o cuatro años, pero no tiene nada que ver con hacerme amputar o todas esas barbaridades que se dijeron. La verdad que no se de donde salió toda esa información y me sorprende que haya salido y que la haya levantado tanta gente». Agrega que está haciendo una vida normal y que hasta juega al fútbol gracias a un tratamiento. Sin embargo, el dolor persiste en uno de los tobillos, no en las rodillas como se ha estado diciendo. «Los huesos se frotan entre sí y es lo que me provoca el dolor. Aunque tomo inflamatorios para ello… Estoy esperando por una prótesis, esto no tiene nada que ver con una amputación».
Acá los motivos que esbocé sobre por qué coloco al Bati por encima de Romario, Van Basten e incluso que Ronaldo cuando de clavarla de trata.
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Cuando se habla de goleadores, de inmediato se recuerda a Romario. “Fue el mejor delantero de área chica”, se dice. Esta frase significa que fue quien mejor resolvía en espacios reducidos, en el pie a mano y dentro del área, totalmente cierto cuando estaba encendido. Si se habla de delanteros cómo no mencionar a Van Basten, su potencia, contundencia y ubicación letal; o Drogba, quizá el ‘9’ más completo; el momento actual de Messi; o al brasilero Ronaldo.
Pero de todos, considero que el que mostraba una mayor capacidad de definición fue Batistuta. Su habilidad un tanto rústica y escasos títulos lo descalifican para muchos, pero hay que concentrarse en la definición. A diferencia de Romario, su capacidad excedía los límites del área. No superaba a Ronaldo en calidad –vamos, qué delantero es mejor que Ronaldo–, pero sí tenía una gama más amplia frente al arco. Y es que en la definición no solo hay que considerar la calidad –y no es que no haya hecho golazos–, se debe evaluar la versatilidad y priorizarla, y el ‘Bati’ las metía de fuera y dentro del área, casi siempre muy fuerte pero también bombeada, en primera o haciendo la pausa justa, al centro o colocada cuando era necesario, al ángulo más lejano, con izquierda o derecha, de cabeza o tiro libre. Además, te aseguraba que de dos por partido, al menos una entraba.
La definición en todos sus aspectos también se vio en Van Basten, pero la suerte jugó en contra del holandés: las lesiones lo persiguieron y se retiró relativamente joven. En casos tan equiparados como los de Van Basten y Batistuta, para ver quién fue mejor definidor hay que apelar a la vigencia: el argentino fue crack desde 1991 hasta al menos el 2002. Para mí fue el mejor, e incluso quienes objetan su reinado estoy seguro de que lo consideran en esa difusa frontera de los indiscutibles donde las jerarquías se confunden.
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