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El chivo expiatorio, un relato tranquilizador

Todos los pueblos necesitan de relatos para constituirse. Se construyen a partir de historias que ayudan a generar una identidad colectiva. En ellas siempre están presentes padres fundadores, un carácter común construido a partir de episodios y batallas, enemigos que representan todo lo que no es el pueblo, y en algunos casos, un traidor, un chivo expiatorio al que se le puede culpar de todos los males que sufre la población. En los últimos treinta años, el pueblo peruano se ha especializado en crear relatos llenos de chivos expiatorios. Y muchos de ellos aparecían ataviados con la camiseta de la sección nacional.

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¿Y qué pasa si no se puede?

Byung-Chul Han (Seúl, 1959) es –si cabe el término– el filósofo de moda. Nacido en Corea del Sur, es profesor en las Universidad de las Artes de Berlín y en Alemania lo consideran el heredero de viejas glorias como Hegel y Heidegger.

¿Qué hace un blog de fútbol hablando de filosofía? (Foto: abc.es)
Byung-Chul Han… ¿Qué hace un blog de fútbol hablando de filosofía? (Foto: abc.es)

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Nos tocó el grupo de la muerte

Ya sabemos que el hinchaje es irracional. Solo así se puede explicar la expectativa por un sorteo tan anodino como el de los emparejamientos para las eliminatorias de Sudamérica. Igual prendimos la tele y contemplamos atentos a Ronaldo y Forlán sacando las bolitas de la pecera –todas, presumo, a la misma temperatura ambiente– y cuando salió el nombre de Perú nuestro corazón, hay que admitirlo, se aceleró un poquito. Al final, nos tocó el número 9 de entre 10 selecciones, lo cual demuestra que, cuando se trata del fútbol peruano, hasta el azar nos hace justicia.

Al final, el fixture nos quedó así (fina cortesía de RPP):

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¿Conviene o no conviene? Da para largo el debate. Otra cosa es que sea productivo o sirva para algo. Igual es saludable el cambio, aunque sea solo para variar el guión de un drama que siempre acaba igualito. Después de repetir durante tres ciclos eliminatorios el mismo fixture, ya la cosa parecía aburrida, por repetitiva: nunca clasificamos. Ahora al menos tenemos una expectativa distinta: si no clasificamos (es bastante probable) al menos no llegaremos al objetivo de una manera diferente.

Fue Sergio Markarián, que se quejaba por todo y veía fantasmas por todas partes, el que metió en la agenda el tema del calendario como una de las dificultades que enfrentaba el Perú en su tortuoso camino por las eliminatorias sudamericanas. Pero nunca, que yo recuerde, desarrolló con precisión qué partes del fixture eran las que le causaban tanta molestia. Quizás haya sido esa fecha doble de visitante que implicaba visitar La Paz y Asunción (bisagra entre la rueda de partidos de ida y vuelta). Pero si no le has podido sacar al menos un punto al Paraguay más pobre de los últimos años en Asunción… ¿estabas como para ir al Mundial? Me parece que no. Y ni hablar de Bolivia en La Paz ¿No era acaso que el futbolista peruano está habituado a jugar en los ambientes más duros? Ya la altura no asusta ni siquiera a los argentinos, y el rival menos.

Igual, el resultado fue decepcionante, osea, que pudo ser mejor. Luego de tabular las respuestas con hinchas y expertos, creo que este es el fixture que nos hubiera convenido. Hay que tomar en cuenta que, según estimaciones basadas en las eliminatorias pasadas, se necesitan al menos 23 puntos para quedar entre los cinco de arriba:

Fecha 1: Perú vs. Brasil (sin Neymar).

Fecha 2: Perú vs. Uruguay (en Cerro de Pasco y sin Suárez).

Fecha 3: Perú vs. Paraguay (en Lima nomás, que siempre les ganamos)

Fecha 4: Perú vs. Venezuela (choque de alto riesgo)

Fecha 5: Perú vs. Bolivia

Fecha 6: Bolivia vs. Perú (en Santa Cruz)

Fecha 7: Perú vs. Bolivia

Fecha 8: Perú vs. Bolivia

Fecha 9: Perú vs. Bolivia

Fecha 10: Perú vs. Bolivia

Fecha 11: Perú vs. Bolivia

Fecha 12: Perú vs. Bolivia

Fecha 13: Perú vs. Bolivia

Fecha 14: Perú vs. Bolivia

Fecha 15: Perú vs. Bolivia

Fecha 16: Perú vs. Bolivia

Fecha 17: Perú vs. Bolivia

Fecha 18: Argentina (ya clasificado) vs. Perú (en Buenos Aires)

Repechaje: Perú vs. Papua Nueva Guinea – partido de ida en Port Moresby y la vuelta en el Estadio Nacional. Felizmente Australia ahora juega con los asiáticos.

Lamentablemente, el sorteo arrojó otra cosa: tenemos que jugar con todos. Como siempre, nos tocó el grupo de la muerte.

El Perú sigue calato

por BRUNO RIVAS

“Quienes olvidan o desprecian la historia están condenados a repetir los mismos errores de ella”, afirmaba Jorge Basadre en el siglo pasado. Décadas después, su frase no pierde vigencia en el Perú. Como prueba tenemos al derroche de optimismo que ha despertado la dignísima participación de la selección de fútbol en la Copa América de Chile. Tras el tercer puesto obtenido, no son pocos los que creen que nuestra clasificación al mundial de Rusia 2018 ya está asegurada. Parecen haberse olvidado de las graves carencias del balompié nacional. Como en ocasiones anteriores, se niegan a aceptar que el Perú, el seleccionado, sigue calato.

Pasada la resaca del triunfo contra Paraguay y la de la celebración por el merecido logro obtenido por el conjunto de Gareca, es importante volver a pisar tierra. Vale la pena hacer una serie de preguntas: ¿Realmente ha crecido el fútbol peruano en esta nueva etapa? ¿Es posible clasificar al mundial con el equipo con el que contamos? ¿Qué tan relevante es la obtención del tercer puesto en la Copa? Para responder esas interrogantes es necesario repasar la historia y mirar nuestro presente.

El gran acierto del libro “El Perú está calato” (Ganoza y Stiglich 2015) es el de poner en evidencia una realidad que muchos no quieren ver: que no hay razones para creer que se está dando un milagro económico peruano. Lo que propone el texto es que el alto crecimiento obtenido por el país en los últimos diez años ha generado un optimismo exagerado que impide que se vean los graves problemas institucionales que sufre nuestro país. Más bien, los autores afirman que el país es víctima de seis trampas que deben ser develadas. Solo aceptándolas podremos tener una visión adecuada de la realidad. Algunas de ellas se aplican muy bien a nuestro fútbol.

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La trampa del milagro futbolístico. Hay quienes afirman que Gareca ha logrado un milagro. Sostienen que ahora la selección peruana ha recuperado su estilo y que juega como en los mejores momentos del fútbol nacional. De seguir esa senda lograremos ser competitivos y con suerte clasificar al mundial. No obstante, es importante preguntarnos si no hemos tenido antes un período de crecimiento similar. Ahora son pocos los que recuerdan que a Sergio Markarián, el anterior técnico de la selección, le decían ‘el mago’. La gran performance que logró con un equipo parchado en la Copa América de Argentina 2011 parecían validar su apodo. El tercer puesto en Argentina provocó que muchos se llenaran de confianza y pensaran que la clasificación a Brasil 2014 era más que una posibilidad. Un par de años después, Markarián era acusado de vago y argollero por los resultados negativos obtenidos. Como ya es historia conocida no clasificamos al mundial. La magia se acabó y nadie entendía por qué. Pocos eran los que tomaban en cuenta que nuestros logros en Argentina descansaban, en gran parte, en factores externos. En esa oportunidad clasificamos como tercero en el grupo gracias a que enfrentamos a una selección mexicana sub 20 y vencimos en cuartos de final a una selección colombiana muy distinta que la que participó en las eliminatorias. Si bien tuvimos un buen desempeño también ayudó la falta de jerarquía de nuestros rivales. Ahora con Gareca ha ocurrido algo similar. Los factores externos también han jugado. Empezamos enfrentándonos a la peor Brasil de todos los tiempos y luego vencimos a una Venezuela que jugó setenta minutos con diez hombres. En el partido definitorio de la primera ronda, ‘ratoneamos’, al mismo estilo de Markarián, frente una Colombia que volvió a mostrar su falta de jerarquía. En cuartos tuvimos la suerte de encontrarnos con Bolivia, un equipo muy débil que solo llegó a esa instancia gracias a unos veinte minutos de ensueño frente a Ecuador. Con Chile, mostramos nuestra mejor cara en la adversidad pero finalmente perdimos. En la última presentación le ganamos a Paraguay en un partido que por momentos tuvo ambiente de amistoso. No es el espíritu de este post restarle méritos a la selección, finalmente hizo su juego en cada partido que disputó, pero es difícil creer en un milagro futbolístico tomando en cuenta esas circunstancias.

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La trampa de las fábricas sin milagros. En la última década algunas selecciones de menores le dieron alegrías a la afición. Los ‘jotitas’ que en el 2007 clasificaron al mundial sub 17 de Corea del Sur y la sub 20 que logró avanzar al hexagonal final del sudamericano del 2013 fueron la esperanza de una renovación del fútbol peruano. Sin embargo, las máximas estrellas de ambos cuadros o fracasaron en su transición al profesionalismo o no han logrado despegar en sus clubes. Mientras Manco obtiene más titulares por sus excesos que por sus actuaciones en el UTC de Cajamarca y Alonso Bazalar es casi un ex jugador; Yordy Reyna y Benavente no logran trascender en el fútbol de alto nivel. Asimismo, en el torneo local no brillan figuras jóvenes que sean capaces de ser el relevo para los actuales seleccionados. No es casualidad que Gareca haya tenido que recurrir a jugadores experimentados como Pizarro o Lobatón para completar el equipo. No hay recambio para Farfán y Guerrero, nuestras dos últimas grandes perlas, jugadores que ya están por encima de los treinta años. Y sin fábricas capaces de generar productos de exportación es casi imposible poder llegar a la más alta competencia. Sin fábricas no hay milagros mundialistas.

AREQUIPA, 19 DE DICIEMBRE DEL 2003. CIENCIANO DEL CUSCO CERRO UNA MAGNIFICA CAMPANA EN LA COPA NISSAN SUDAMERICANA AL DERROTAR A RIVER PLATE DE ARGENTINA CON UN GOL ANOTADO DE TIRO LIBRE. FUE LA PRIMERA VEZ QUE UN EQUIPO PERUANO ALCANZA EL MAXIMO GALARDON EN UN TORNEO CONTINENTAL. CON ESTE TRIUNFO CIENCIANO DEJO DE SER UN EQUIPO CHICO PARA CONVERTIRSE EN UNO DELOS GRANDES DEL FUTBOL PERUANO Y SUDAMERICANO. OPSE_2003DIC30_PERU_FUTBOL_COPA SUDAMERICANA 2003_PARTIDO FINAL_CIENCIANO_RIVER PLATE_OBTENCION DE TITULO_CELEBRACION_JUGADORES_CON LA COPA_CREDITO GERMAN FALCON/EL COMERCIO PERU_2003DIC30_AFD

Las trampas de la informalidad y de los clubes perdidos. En las competiciones internacionales es una constante las eliminaciones tempranas de los equipos peruanos. En la última edición de la Copa Libertadores fue bastante doloroso ver cómo los clubes naciones eran eliminados pese a tener todo a su favor. El único hecho destacable de un equipo peruano ha sido la brillante campaña del Cienciano en el 2003-2004 que le permitió ganar la Copa Sudamericana y la Recopa. Sin embargo, el equipo cuzqueño no supo sacarle provecho a ese momento de gloria y actualmente sigue careciendo de instalaciones propias, tiene deudas millonarias y hoy lucha por permanecer en primera división. Y el caso del Cienciano no es el único, los dos equipos más populares del país, Alianza Lima y Universitario de Deportes, sobreviven de administración temporal en administración temporal y no son capaces de superar sus problemas económicos e institucionales. Y es que el fútbol es el reflejo de una sociedad que vive en la informalidad. Son pocos los clubes nacionales que pueden ser incluidos en la economía formal por su cumplimiento en pagos y por contar con las instalaciones y recursos adecuados. En consecuencia lo que tenemos es un campeonato paupérrimo que aleja al espectador de las canchas. A pesar de que ahora, gracias al correcto desempeño de la selección en la Copa, algunos analistas digan que nuestro torneo no es tan malo; la realidad es otra. Equipos como los nuestros poco pueden aportar a un desarrollo sostenido de nuestro fútbol y a la clasificación a un mundial.

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La trampa de un Estado débil. El Perú es un país en el que la educación física no es obligatoria. Al parecer al Estado el deporte solo le interesa cuando se cosecha un logro. Deja en manos de cada individuo la posibilidad de desarrollarse en una disciplina deportiva. Esa es solo una muestra de cómo el Estado está ausente en varios ámbitos de nuestra sociedad. Lo que genera esta situación son ciudadanos que no se sienten respaldados por las instituciones y ven cómo sobrevivir por su cuenta. Eso explica la expansión del individualismo y la falta de compromiso con la comunidad. Es en esas circunstancias que se pueden entender declaraciones como la del díscolo seleccionado Andrés Mendoza en las que señalaba que perdía plata por jugar por Perú y que por eso la afición no debía exigirle nada. Finalmente, muchos jugadores han encontrado en el fútbol el vehículo para salir de la pobreza y no sienten que le deban algo a su patria. Por lo tanto, en una sociedad en la que el ciudadano es abandonado a su suerte es difícil que se forme un compromiso colectivo que implique una dedicación a largo plazo como es la clasificación a un mundial. Ya hemos visto como proceso tras proceso jugadores de gran categoría han preferido dedicarse a la juerga antes que concentrarse para sacar adelante un partido. No cabe duda que esta trampa ha estado y sigue presente desde hace mucho tiempo.

Todas estas trampas provocan que sea totalmente pesimista sobre el futuro de la selección en las eliminatorias. Creo que mientras no se superen esos problemas no tenemos opción de llegar a la gran cita futbolística. Sin embargo, esto no significa que dejemos de hacer todo lo posible por llegar. Es loable que Paolo Guerrero diga que nunca bajará los brazos y que Gareca defienda a sus jugadores y al campeonato peruano pero la realidad juega contra ellos. Finalmente son titánicos emprendedores que tienen al sistema en contra. En estos momentos es más importante que se superen las trampas que entorpecen a nuestro fútbol. De lo contrario solo estaremos replicando los errores de nuestro pasado. No habremos aprendido nada, tal y como lo dijo Basadre.

El Perú se llama Carlos

por BRUNO RIVAS

El Perú es Carlos Lobatón. Uno de los grandes aciertos de Ricardo Gareca es el de haberle dado la capitanía de la selección al volante celeste. Actualmente, es el jugador que mejor representa el espíritu de la blanquirroja. Lobatón es un jugador ordenado, disciplinado, dispuesto al sacrificio y con momentos de genialidad; sin embargo, nunca ha logrado trascender en la alta competencia. Su buen toque y visión de juego le han permitido destacar en el fútbol nacional pero sus limitaciones físicas impidieron que diera el salto al exterior. A pesar de que en las últimas temporadas se ha convertido en la máxima estrella del campeonato peruano, los 35 años de Lobatón juegan en su contra. Con esa edad es bastante improbable que llegue al mundial Rusia 2018. No obstante, da la lucha y contagia a los que vienen para el relevo. Lo suyo fue solo la Copa América y en ella cumplió con creces.

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El Perú es Carlos Ascues. El volante de Melgar de Arequipa ha sido la gran sorpresa de la selección peruana. En la Copa América, Gareca lo ha reinventado al ubicarlo en la zaga de su escuadra. Los resultados han sido fenomenales. Después de mucho tiempo, la blanquirroja cuenta con un ‘patrón’ capaz de salir jugando desde la defensa y que se da el lujo de llegar al campo rival en los momentos en que el equipo necesita un empujón. Sus 23 años lo convierten en una promesa que puede aportar en futuros procesos. No obstante, su gran problema es la inestabilidad. Desde su debut en el 2011, Ascues ha jugado en cinco equipos diferentes, entre ellos dos europeos. Hasta ahora, el polifuncional jugador no ha podido asentarse en un lugar. Cabe preguntarse si con el consejo del seleccionador peruano, Ascues logrará por fin ubicarse en el mundo del fútbol y marcar la ruta que lleve a Perú a una Copa del Mundo.

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El Perú es Carlos Zambrano. En el minuto 18 del partido con Chile, Carlos Zambrano destruyó las ilusiones de un país que había aprendido a quererlo. El defensa peruano conocido por su matonería volvió a fallarle al equipo. Una vez más sus pergaminos europeos no le sirvieron de nada. En un partido clave en el que había que mantener la calma y el orden, el jugador del Eintracht Frankfurt eligió clavarle los botines a un rival. Hasta el encuentro con los sureños, Zambrano estaba realizando una soberbia Copa América. Analistas nacionales y extranjeros alababan el orden que había demostrado durante la primera ronda del certamen y destacaban que la solidez defensiva no había estado acompañada de las patadas que solía repartir. Pero ahora ha vuelto a sembrar dudas. Más de uno se pregunta si el zaguero seguirá perdiendo la cabeza en los partidos claves de la eliminatoria. ¿Los esquemas que planteará Gareca en la ruta para Rusia 2018 serán saboteados desde adentro? ¿Es posible confiar en jugadores que tienden a la autodestrucción?

Doctor Jekill y Mister Hyde

por BRUNO RIVAS

Analizar las actuaciones de la selección peruana es una tarea harto difícil. Cuando están en juego los sentimientos nacionales, ser objetivo requiere de un esfuerzo extra no presente en el examen de otras selecciones. En circunstancias como esas, el patriotismo futbolero suele colarse en redacciones, canales de televisión y estaciones de radio. Con la blanquirroja en la cancha, la línea que separa al comentarista del hincha se vuelve muy delgada.

Desde antes del inicio de la Copa América he sido escéptico sobre el accionar de la selección peruana. Mi post titulado “El Perú está calato” marcaba una posición nacida de la observación de nuestro alicaído campeonato nacional y de su relación con la estructura social del país. Tengo claro que una nación en la que no existe el principio de autoridad y en la que el individualismo se ha extendido, es muy difícil que se logre una hazaña colectiva como clasificar a un mundial o ganar un campeonato importante. Esa posición la he mantenido al observar cada actuación realizada por nuestra selección en Chile. Si hay un espacio en el que no me ubico es en el de los optimistas.

Sin embargo, mi posición escéptica se ha visto suspendida durante varios pasajes de las dos últimas semanas. Mi novia ha sido testigo de cómo el pitazo inicial de cada partido de la selección me transforma en un hombre de fe. Mis amigos de este blog me han visto sacar la calculadora y memorizarme todos los escenarios favorables a la blanquirroja. De pronto, me he reconocido como un ser bipolar que afirma a viva voz que el fútbol peruano no tiene futuro y que minutos después canta “Creo en ti” en la ducha. Lo admito, me he vuelto un personaje de Robert Louis Stevenson. Por estos días habitan en mi dos personajes: el doctor Jekill y mister Hyde.

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El doctor Jekill es un hombre de ciencia, un sujeto racional que sabe que cada fenómeno es consecuencia de una serie de elementos combinados. Jekill explica la aceptable actuación peruana en el hecho de que nos hemos enfrentado con la peor Brasil de su historia y con una Venezuela disminuida. Que le empatamos a Colombia apelando a una estrategia que no nos dará réditos en las eliminatorias y que le ganamos a Bolivia porque es el único equipo de Sudamérica que tiene más lagunas que nosotros. Está seguro de que no tenemos ninguna opción contra Chile y cree que nuestra performance en la Copa América nos hace más mal que bien. El doctor diagnostica que se está generando una expectativa que provocará otra grave desilusión en el torturado hincha peruano.

Por su parte, mister Hyde es un ser altamente pasional, un individuo dominado por sus impulsos y cuyas acciones son motivadas por la fe. Hyde ha alentado a la selección partido tras partido y eliminatoria tras eliminatoria. No le importa si el equipo juega bien o mal, si gana o pierde, si sorprende o arruga. Cada victoria vale por si misma y es parte de un plan mayor que es la clasificación al mundial. Para él es posible eliminar a Chile en su propia casa. Está seguro que el ratoneo puede volver a ser efectivo y llevarnos a la final, que con suerte también podríamos sacar adelante. El señor confía que se está generando un nuevo espíritu, uno que se impondrá a las deficiencias de nuestro fútbol y que nos permitirá ser competitivos en las eliminatorias. Hyde apuesta sus fichas a Rusia 2018.

Hoy hasta las 6:29 estaré dominado por el doctor Jekill pero sé que un minuto después Mister Hyde emergerá en mi. Deseo profundamente que Hyde tenga razón y poder celebrar a su salud tras el pitazo final. Que se suspenda la razón es uno de mis mayores anhelos.

Un Perú moderno

por FABRIZIO TEALDO

Después de la primera fecha de la Copa, Jorge Barraza escribió que Perú debía imitar en todo a Venezuela: solidez, rigurosidad en la marca, cobertura de espacios. Los dos columnistas de este blog suscribieron a Barraza. Yo me opuse. Argumenté que Perú no tenía con qué imitar la propuesta destructiva venezolana, y que me parecía correcta la idea de Gareca de priorizar el buen pie, la posesión y el ritmo.

Es fácil emocionarse cuando la selección gana, pero el entusiasmo no se debe al resultado. Siempre he considerado que por encima de los jugadores está el grupo, y Gareca ha conseguido formar un grupo sólido que cree en la idea de juego. En Brasil 2014 sostuve que Tevez no debió ser incluido en el plantel argentino. Su historial de conflictos en el vestuario es irrefutable: de todos los equipos por los que pasó se fue peleado con el entrenador, compañeros y a veces hasta la hinchada. Se trata de un tipo difícil que podía mermar la interna. Seguramente hubiese jugado mejor que Higuaín o Agüero, pero lo más probable es que su presencia contaminara el buen ánimo de la albiceleste.

A partir de la formación del grupo en la selección, aparecen otras virtudes: mentalidad, ritmo sostenido los 90 minutos, apuestas de nuevos jugadores y cambios de posición que han rendido. Chile, el mejor equipo en lo que va de la Copa, será la medida para establecer si lo positivo que vemos en la selección no es un espejismo, como el 1-0 a Chile en Lima en las Eliminatorias a Brasil 2014.

  • Mentalidad: cuando Brasil nos volteó el partido en los minutos de descuento, vimos una historia repetida. Al siguiente partido frente a Venezuela, la selección no mostró nivel, pero sí calma, a pesar del golpe de haber perdido  sobre la hora (otra vez) contra los de Neymar. Frente a Colombia la concentración en los duelos individuales y priorizar el cero en arco propio mostraba una actitud diferente. Con Bolivia, la selección asumió su papel de favorito. Vargas se proyectó (el venenoso centro del primer gol sale de su zurda, con efecto y potencia para que llegue el 9 al borde del área chica), cuando en toda la fase de grupos el ‘Loco’ priorizó la marca. Otros temas: jugadores emblemáticos esperan en la banca sin queja; los sacan y no reniegan; en cuatro partidos no tenemos expulsados; los únicos suspendidos han sido los volantes de primera línea (Lobatón y Ballón), posición donde se comprende la acumulación de faltas y tarjetas amarillas. Reitero: la prueba de si el equipo tiene mentalidad será en las semis en el Nacional de Santiago frente al local, donde nos hemos comido goleadas y planteles anteriores entraron a la cancha con las piernas dobladas. La otra prueba de mentalidad será que resistan el endiosamiento. La labor del psicólogo que trabaja con la selección desde el primer día como un elemento indispensable para Gareca en el proceso, se verá no cuando los seleccionados estén pasando las fronteras, sino de locales, cuando deban resistir los murmullos del Estadio Nacional, los oles soberbios, las vedettes, el glamur o el barrio.

Advíncula James

  • Ritmo: no recuerdo otra selección peruana que mantenga el rendimiento los 90 minutos. Es cierto que Advíncula y Cueva corren por dos y le dan respiro al resto del plantel, pero esos pulmones adicionales son indispensables para cualquier equipo. Incluso, veo que debido al ritmo es que hasta estamos pegando con más inteligencia. Fuimos rigurosos en marca con Colombia, hubo una plancha peligrosa de Lobatón, algunas barridas a destiempo, pero es muy distinto pegar corriendo que golpear a un jugador sin el balón o meter un codazo de la nada, que hacerlo a velocidad, con intención de marca.
  • Nuevos jugadores: además de Cueva -mérito absoluto de Gareca, pues nadie confiaba en esta apuesta y ha sido el más destacado en lo que va de Copa-, sumo a Zambrano, Advíncula y Ascues. El lateral ha mejorado aspectos técnicos para el primer pase y sobre todo en el pie a pie. Tiene un entrenador personal con el que se capacita en defensa y ataque. A su impecable condición física le ha sumado juego. Virtud a la perseverancia de un extremo reconvertido en lateral. Zambrano, a su vez, ha comprendido que se le necesita como líder atrás, no como matón. La reconversión de Ascues de central tiene emocionado hasta la excitación a Juan Pablo Varsky, el comentarista de Directv que sabe como nadie.

Zambrano hincha

En síntesis: la selección al fin muestra un desempeño profesional. El gran problema del fútbol peruano es que sigue siendo amateur: divisiones inferiores desprolijas, dirigencia corrupta, jugadores indisciplinados. Este Perú muestra una dinámica moderna, aquella que a partir de los ochentas y noventas marcó el fútbol de primer nivel, precisamente la etapa donde inició nuestra debacle por mantenernos en la etapa amateur, época donde nuestros logros se estancaron. Además, se ha visto distintas propuestas: contra Colombia se cuidó el empate, pero frente a Bolivia se asumió el protagonismo. Es saludable ver que Gareca tiene planes según el rival y que no es un fundamentalista.

El tema está en Eliminatorias. El plantel corto complica en un torneo que se extiende dos años. Perú mantiene concentración tres semanas, con partidos seguidos. Manejar la ansiedad que genera jugar de local y de visita en partidos distanciados por meses, donde se habla mucho en torno a ellos en ese lapso, requiere equilibrio, paciencia, estabilidad emocional. Seguimos dependiendo de la consistencia de Guerrero y Farfán, que ya pasan los 30 años. Como se dijo en este blog, «La eliminatoria es una maratón y la Copa América es una carrera de 400 metros planos. La primera mide la profundidad de los planteles, el compromiso de los jugadores, la planificación a largo plazo, la paciencia y la solidez de las organizaciones».

Lo conseguido hasta ahora no debe ilusionarnos, porque en la Copa del 2011 también llegamos a semifinales y en Eliminatorias no dimos pelea. Además, aún no se demuestra un desempeño en ofensiva que deslumbre y a pesar de mostrar solidez defensiva, hay errores atrás y la asociación arriba se impuso sólo frente a Bolivia, un rival de menor jerarquía.

No comparto esa idea de que la Copa América es una preparación para las Eliminatorias. En un país con escasos logros internacionales, un galardón no se desdeña.

La pasión hace que el fútbol sea presente. Pizarro, Vargas, hasta Farfán, deben comprender que si eliminamos a Chile de su Copa, el hincha peruano les perdonará los errores del pasado. Sería el bautizo que los limpie de pecado.

Perú-Bolivia y el acuerdo binacional

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por BRUNO RIVAS

El martes pasado en Puno tuvo lugar el Primer Gabinete Binacional Perú-Bolivia. Producto de ese encuentro se firmó la Declaración de Islas Esteves que incluye 37 acuerdos. Los primeros 36 se han hecho públicos; sin embargo, el último es un secreto que comparten los presidentes Ollanta Humala y Evo Morales. Solo los más arriesgados periodistas han podido sondear sobre la naturaleza del mismo. Uno de ellos se ha atrevido a comunicar al autor de este post el acuerdo en cuestión. En primicia lo anunciamos: El fútbol peruano y el boliviano se han fusionado.

Para nadie es un secreto que el balompié boliviano siempre ha visto con admiración al peruano. Clubes como Universitario y Sport Boys tienen sus émulos en el Altiplano. Grandes delanteros como Jorge ‘Koki’ Hirano dieron cátedra en los equipos más poderosos de La Paz. Recientemente, Marcelo Martins, la máxima estrella boliviana, comparó a la blanquirroja con Italia. Ante esos antecedentes, el acercamiento entre gobiernos se convirtió en la perfecta ventana de oportunidad para acercar a las selecciones de dos pueblos que aman y sufren el fútbol.

El encuentro disputado en Temuco por los cuartos de final de la Copa América sirvió como primer entrenamiento del nuevo combinado. Los titulares vestidos de rojo no tuvieron ningún problema en superar a los suplentes ataviados de blanco. Con suma facilidad, el primer equipo se puso tres goles arriba pero tuvo la cortesía de no concretar un marcador de escándalo. Incluso, Advíncula, uno de los más bonachones del equipo, tuvo la genial idea de cometer un penal que permitía que los suplentes salieran del campo con el honor intacto. La primera pichanga no concluyó con caras largas.

Ahora se viene la verdadera prueba de fuego para el equipo binacional. El lunes en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos se enfrentará a Chile por las semifinales de la Copa América. No obstante, las últimas informaciones indican que el acuerdo secreto se está resquebrajando. Emulando a lo ocurrido en la Guerra del Pacífico, la escuadra boliviana habría decidido dejar a la peruana a su suerte. Ni Chumacero, ni Martins reforzarían al equipo rojiblanco. Sin ninguna ayuda, Guerrero, Pizarro y compañía van por la heroica a Santiago de Chile. Su misión es no repetir campañas anteriores.

Yo soy tu padre

por BRUNO RIVAS

Ya lo dijo Freud: nuestro primer rival es nuestro padre. La personalidad de cada individuo se constituye a partir de una derrota sufrida a costa de nuestro progenitor. Es el padre el encargado de hacerle ver al niño que no puede vivir atado a su madre y que es necesario que desee a otra persona. Si no se diera ese suceso viviríamos atados al narcisismo y nunca nos integraríamos a la sociedad. Por eso no es raro que por nuestro padre haya una combinación de resentimiento y gratitud. Quizás esa mixtura de sentimientos explique el resultado del encuentro entre Perú y Colombia.

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Durante mucho tiempo, los colombianos vieron al fútbol peruano con envidia. Una y otra vez, nuestro balompié se mostraba como superior al de ellos. Desde los cincuenta hasta los ochenta, figuras rojiblancas como Valeriano López, ‘Titina’ Castillo, ‘Tito’ Drago, César Cueto, Guillermo La Rosa, Julio César Uribe, Eduardo Malásquez, entre otros, dieron cátedra en los clubes colombianos. En la final de la Copa América del 75, Hugo Sotil bailó y venció al ídolo de Cali Pedro Zape. Asimismo, durante los veinte años que la escuadra amarilla no podía acceder a los mundiales, la blanquirroja tuvo su etapa de gloria. Incluso, en el 81, la eliminación fue cortesía de sus vecinos del sur. La paternidad era evidente y forjó un deseo en Colombia: para acceder al fútbol mundial había que jugar como Perú.

Justamente, en los ochenta toda una generación de futbolistas colombianos creció observando a los cracks peruanos. Y cuando el fútbol incaico entró en decadencia, el cafetero tomó la posta. El ‘Pibe’ Valderrama, Freddy Rincón y el ‘Tino’ Asprilla ocuparon el lugar de Cueto, La Rosa y Malásquez. Los hijos adoptivos de los cracks peruanos llegaron a tres mundiales seguidos, Italia 90, EE.UU. 94 y Francia 98, rindiendo tributo al buen juego heredado. Y estaban tan hechos a la medida de sus progenitores que llegaron a mostrar la misma irregularidad. Cuando eran los grandes favoritos de EE.UU. 94, imitaron el fiasco de la selección peruana en España 82. Regresaron sin pena ni gloria tras ser derrotados por equipos aparentemente inferiores.

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Desde entonces, Colombia le ha mostrado a su alicaído padre más resentimiento que gratitud. Una serie de goleadas en casa y victorias de visitante de colombianos sobre peruanos, han hecho olvidar aquellas épocas en las que los cafeteros anhelaban ser como los incaicos. Tanto así que son pocos los que reconocen esa paternidad. Sin embargo, de vez en cuando, el parentesco es reconocido. Cuatro años atrás en Argentina, los cafeteros tuvieron que agachar la cabeza ante Perú. Y hoy, en el día del padre, se volvió a respetar la tradición. En Temuco, los colombianos fueron maniatados y, a pesar de sus violentos berrinches, tuvieron bajar las revoluciones. A regañadientes concedieron un resultado que le ha permitido a la selección peruana acceder a los cuartos de final de la Copa América. Un empate que es el regalo forzado propio de la fecha. Por más que finja olvidarlo, Colombia sabe quién fue el que lo llevó de la mano al fútbol mundial.

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